Cómo el sueño mejora el estado de ánimo, la memoria y el rendimiento

Por Mar De Carlo

Además del ejercicio regular y la nutrición adecuada, tener un sueño de calidad constante con la cantidad adecuada de horas de sueño es vital para nuestra salud y bienestar general. El sueño es esencial para una función humana óptima y desempeña un papel importante en el aprendizaje, la memoria, el estado de ánimo y el rendimiento. La persona media necesita entre siete y ocho horas de sueño de calidad cada noche para mantener una salud mental y física óptima.

Mientras dormimos, nuestro cerebro y nuestro cuerpo nunca lo hacen. Aunque antes se consideraba que el sueño era simplemente un descanso o algo que se podía hacer con poca frecuencia, ahora está claro que el sueño tiene algunas funciones muy importantes. Cuando duerme, su cuerpo pasa por una serie de etapas y ciclos que facilitan la regeneración necesaria para mantener su salud general.

El sueño favorece el funcionamiento saludable del cerebro al procesar la información y formar nuevas vías. El sueño ayuda a consolidar las experiencias en los recuerdos y las vías neuronales, lo que es esencial para la memoria y el aprendizaje.

El sueño y el estado de ánimo también están estrechamente relacionados. Dormir bien contribuye a un buen estado de ánimo. Por otro lado, dormir mal puede alterar significativamente su estado de ánimo, disminuyendo su capacidad para hacer frente al estrés y, en consecuencia, aumentando los estados de ánimo negativos como la ira, la frustración, la irritabilidad, la ansiedad y la depresión. Además, la falta de sueño puede aumentar el riesgo de desarrollar algunos trastornos del estado de ánimo, e incluso puede participar en ellos.

El rendimiento físico cuando estás despierto depende de lo bien que duermas. El sueño tiene un efecto positivo en la velocidad, la precisión y el tiempo de reacción. Esto se debe a que el sueño permite que el corazón y el sistema vascular descansen y activa la liberación de hormonas productoras de crecimiento, lo que aumenta la masa muscular y repara las células y los tejidos del cuerpo. Como resultado, refuerza el sistema inmunitario, evitando que se enferme o ayudándole a recuperarse más rápidamente cuando está enfermo.

¿Por qué es tan difícil para la mayoría de las personas dormir bien por la noche?

Hay muchas razones por las que a la mayoría de las personas les resulta tan difícil dormir bien. Dos categorías principales:

Primero: Las condiciones ambientales y sociales que comenzaron ya en el siglo XVII, pero que cobraron importancia con la revolución industrial y la introducción de la luz artificial. Estas condiciones incluyen: luz, ruido, temperatura, calidad del aire, ropa de cama y tecnología.

Segundo: Los comportamientos de salud y estilo de vida que inhiben el sueño, como la respiración subóptima, las deficiencias nutricionales, el estrés (el cuerpo está en constante lucha o huida), el sedentarismo, las actitudes y creencias culturales de trabajar duro/jugar duro, la falta de rutina, la desregulación del sistema nervioso y la desregulación emocional.

¿Qué podemos hacer al respecto?

Algunos consejos con los que puede comenzar su viaje hacia un sueño óptimo y una vida saludable:

Cambia tu perspectiva y actitud hacia el sueño. Comience aceptando su desafío de sueño y mostrando un profundo interés abierto y curioso para aprender más sobre cómo funciona. Su cuerpo es esencialmente un hogar que necesita mantenimiento para funcionar de la mejor manera. Su desafío del sueño es significativamente una oportunidad para mejorar su calidad de vida.

Tome conciencia de la forma en que respira y comience a incorporar ejercicios breves diarios de respiración que yo llamo “pausas diarias” que incluyen reducir la velocidad de la respiración, respirar por la nariz y la respiración diafragmática. La forma en que respira afecta su sistema nervioso y la calidad del sueño.

Aumente la exposición a la luz brillante (luz solar) durante el día, idealmente en la mañana y reduzca la exposición a la luz artificial en la noche atenuando las luces, reduciéndolas a la mitad. en toda la casa y eliminar el tiempo de pantalla de 30 minutos a una hora antes de acostarse.

Evalúe su ingesta de alimentos, bebidas, suplementos y medicamentos con un nutricionista o médico para ver si alguno de ellos puede estar inhibiendo su sueño.

Aumente el nivel de actividad diariamente, especialmente si es sedentario. Muchos estudios han demostrado que el ejercicio adecuado mejora el sueño y alivia los problemas relacionados con el sueño.

Por último, incorpore una salida emocional para procesar y regular sus emociones de manera constante. Esto puede incluir escribir en un diario, pertenecer a un grupo de apoyo positivo o participar en una actividad creativa como una clase de improvisación o de baile.

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